Celebramos el Domund
CELEBRAMOS EL DOMUND
Buenos días, Cristo Reina, nos preparamos para iniciar la oración de la mañana.
Serenamos, nuestro cuerpo y nuestra respiración, respiramos profundamente y nos vamos preparando para rezar al Padre bueno que nos cuida.
Comenzamos la oración: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Motivación
Este pasado domingo celebramos DOMUND que nos recordaba este momento importante y significativo del año. Nosotros durante este mes de octubre, mes misionero,queremos rezar por los misioneros.
Y no lo olvidemos: Cristo, el primer Jueves Santo de la historia, tomó el pan en sus manos, lo partió y lo dio a los discípulos diciendo: “Id e invitad a todos al banquete”.
Mirad: un pan partido y compartido permite que los pobres descubran la presencia de un Dios que los ama con locura. Cristo nos da su cuerpo, se sumerge en nuestras entrañas para que formemos parte de su cuerpo y, entonces nos convertimos en otros “cristos” compartiendo la mesa en la que todos somos invitados. Y ahora, en este mes de octubre, nos recuerda que los misioneros son la presencia de Dios en medio de los pobres.
El Domund, nos recuerda que hoy, la pobreza y el sufrimiento humano tiene muchos rostros y nombres. Y, la “invitación al banquete” nos mete de lleno en este misterio de comunión (común-unión) y de vida en el que todos podemos echar una mano.
Hoy os sigo pidiendo a cada uno, una oración profunda para que los misioneros sigan partiendo y repartiendo el pan de la vida en medio de los más necesitados.
TESTIMONIO DE UN MISIONERO (Jaime Cervera, Misionero Comboniano)
«No es extraño encontrar hoy a misioneros haciendo de mediadores para buscar la paz entre grupos étnicos enfrentados, o misioneras trabajando sin horario fijo atendiendo a enfermos y heridos en campos de refugiados, o colaborando en programas de reconstrucción de casas destruidas por desastres naturales, o incluso manifestándose ante las autoridades a favor de la justicia y paz, que son comunes a todas las personas. Pero, por encima de todo, los misioneros cristianos estamos convencidos de que la mejor causa común es el anuncio salvador de Jesús de Nazaret, muerto y resucitado. Por eso, nuestro trabajo consiste, fundamentalmente, en vivir la vida nueva del Reino de Jesús, con el anuncio de su Palabra y con el testimonio de vida cristiano.»
Donde Dios Quiera
Debemos plantearnos qué podemos hacer nosotros en esta “Misión de la Iglesia”.
Es la hora de rezar por la Misión, es el momento de seguir las huellas de Cristo y sus apóstoles y dejar huellas de bien en este mundo…
Respondemos: Ayúdanos Señor.
ORACIÓN (DOMUND’2024)
Señor, ¿a quiénes nos falta por invitar a tu fiesta?
Guía nuestros pasos hacia ellos
e «inspíranos el gesto y la palabra oportuna»,
para que puedan descubrirte a través de nuestra cercanía,
nuestra ternura, nuestra compasión y nuestro anuncio de esperanza.
Te pedimos de un modo especial
por todos los misioneros y misioneras
que te anuncian entre los más pobres.
Haz que juntos, ellos y nosotros, apoyados en la oración, pegados a Ti, llevemos incansablemente al mundo tu invitación
al Banquete de la fraternidad,
al que nos congrega cada domingo
y al que no tendrá fin, en el cielo.
Rezamos todos juntos:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Como decía el padre Gras ¡Hacer reinar a Cristo… misión nobilísima!”
Y es que no hay misión más noble y bella que seguir sus huellas.
Cristo vence, Cristo reina,…