Oración martes, 1 de octubre de 2024
Buenos días, Cristo Reina. Comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Nos tranquilizamos para nuestro encuentro con Jesús. Para ello, nos sentamos bien en nuestra silla, cerramos nuestros ojos, apoyamos las manos en nuestro corazón e intentamos sentir sus latidos. Respiramos despacio y hondo una vez, otra vez, una vez más... dejando a Dios entrar en nuestro interior. Un árbol de albaricoques se encontraba en medio de un bosque de árboles de manzanas. Su gran tristeza era sentirse diferente; él quería ser como todos los árboles de manzanas que lo rodeaban en el gran bosque. Este lugar era frecuentado por gente en busca de manzanas y cada vez que el árbol de albaricoques escuchaba que la gente estaba por allí para llevarse manzanas se sentía muy avergonzado de que lo descubrieran. Incluso, en muchas temporadas de frutos su enorme tristeza le había impedido dar albaricoques. Pero hubo un día en el que un grupo de cosechadores decidió entrar más adentro