Lunes 16 de septiembre de 2024

 Buenos días, Cristo reina, nos preparamos para la oración de la mañana

Buenos días, Cristo reina, comenzamos la oración de la mañana “En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, Amén”.

 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos

Mc 8, 27-35

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a los poblados de Cesarea de Filipo. Por el camino les hizo esta pregunta: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos le contestaron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los profetas".

Entonces él les preguntó: "Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?" Pedro le respondió: "Tú eres el Mesías". Y él les ordenó que no se lo dijeran a nadie.

 Luego se puso a explicarles que era necesario que el Hijo del hombre padeciera mucho, que fuera rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que fuera entregado a la muerte y resucitara al tercer día.

 Todo esto lo dijo con entera claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y trataba de disuadirlo. Jesús se volvió, y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro con estas palabras: "¡Apártate de mí, Satanás! Porque tú no juzgas según Dios, sino según los hombres".

 Después llamó a la multitud y a sus discípulos, y les dijo: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará".

 La idea principal del evangelio del pasado domingo es que Jesús quiere que confiemos en Él, incluso cuando las cosas no son fáciles. A veces, seguir a Jesús significa hacer cosas que no siempre son cómodas o fáciles, como compartir o ayudar a otros, aunque no queramos. Sin embargo, esas acciones nos acercan a Dios y nos hacen más fuertes en nuestro amor por los demás.

 Un ejemplo sencillo es pensar en cuando hacemos algo bueno, como ayudar en casa o compartir un juguete. Puede que no siempre tengamos ganas, pero al hacerlo, mostramos nuestro amor a los demás y seguimos el ejemplo de Jesús. Él nos enseña que para ser felices de verdad, debemos estar dispuestos a hacer sacrificios por amor, igual que Él lo hizo por nosotros.

Es un recordatorio de que el amor y la bondad siempre nos acercan a Dios, y aunque a veces sea difícil, Jesús nos promete que si lo seguimos, encontraremos verdadera alegría.

Sintiéndonos seguidores de Jesús, rezamos juntos el Padrenuestro.

Para terminar, rezaremos con unas palabras de José Gras en honor al cuidado de la naturaleza, teniendo en cuenta que hoy celebramos el día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.

 “Quiero adorarte como Rey de la naturaleza, uniendo mi voz al himno que te cantan la luz de los astros, la voz de los mares, la alegría de todos los seres que tu mano mantiene y sostiene”.

Cristo vence, Cristo Reina, Cristo Impera, Cristo luz infinita, alumbra nuestra inteligencia, Amén.


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