Martes, 19 abril 2022
Buenos días, Cristo Reina, nos preparamos para la oración.
Comenzamos en el Nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, amén.
Cierra tus ojos, respira profundamente y relaja tu cuerpo, vuelve a respirar y concéntrate en tu mente, ahora mismo está en blanco, no pienses en nada... vuelve a respirar y comienza a imaginar que vas caminando por un sendero, a tu alrededor hay algunos árboles y arbustos, y se escucha el cantar de los pájaros. Sigues caminando, cuando de repente, ves a una mujer que llora delante de una roca, te acercas un poco más y esta roca parece una cueva, pero está vacía... te acercas a la mujer que llora y le preguntas qué le pasa... ella te responde "se han llevado a mi Señor y no sé donde lo han puesto". En ese momento ambos os giráis y veis a un hombre... no sabéis quién es, pero la mujer que está contigo le pregunta: Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré. En ese momento, el hombre exclama ¡MARÍA! y la mujer contesta ¡MAESTRO! Entonces te das cuenta de que es Jesús. Este os dice: Anda, ve a mis hermanos y diles “subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”. María fue y anunció a los discípulos “He visto al Señor y ha dicho esto”. Y tú, ¿estás dispuesto a anunciar el Reino de Dios?
Abre poco a poco tus ojos... y piensa...
Una vez más celebramos de manera especial la Pascua de Jesús. Antes de conocer que Jesús había resucitado, los corazones de todos estaban heridos: el perdón, la fraternidad, la solidaridad… eran algo imposible. Sin embargo, la presencia y la fuerza interior de Jesús Resucitado lo logró.
Pensemos en nosotros, en nuestra vida… muchas veces los problemas que nos surgen hacen que ocultemos la esperanza, la ilusión, las ganas de superarnos… La vida pasa por muchas fases y momentos y solamente podremos avanzar si reconocemos a Jesús en nuestras vidas, porque la resurrección de Jesús, es el triunfo de la vida.
Creer en la resurrección de Jesús es creer que su Palabra y su Reino expresan el valor fundamental de nuestra vida. Lo importante es no sólo creer en Jesús, sino creer como Jesús.
Solo así, seremos capaces de ver que el Reino de Dios no está solo en el cielo, sino que está aquí, en la Tierra y ahora, en este justo instante de tu vida y en cada minuto que vas a vivir. ¡Disfrútalo y celébralo! ¡Siente a Jesús en tu vida haciendo el Bien, y transmítelo a los demás!
Con este deseo, rezamos todos juntos un Padre Nuestro.
En palabras de José Gras: Cristo Reina es el grito de LUZ, el grito de salvación de todos los hombres y de todos los pueblos del mundo.
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita, alumbra nuestra inteligencia, amén.
