Lunes 1 de diciembre



 Buenos Días, Cristo Reina

· En Nos preparamos para la oración” cerramos los ojos , respiramos lentamente y nos imaginamos una luz que sale desde nuestro corazón y va iluminando todas las cosas , nos vamos relajando para comenzar la oración de la mañana

· En el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo, Amén,

INTRODUCCION

Esta semana comenzamos EL Adviento , tiempo de espera, preparación y esperanza, invitándonos a “velar “ en el corazón , para recibir a Jesús , escuchemos su palabra y reflexionemos sobre nuestra confianza , fe y esperanza en el Señor .

EVANGELIO según san Mateo 8, 5-11

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».

Le contestó: «Voy yo a curarlo».

Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».

Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».

Reflexión

El Evangelio nos presenta a un centurión romano que se acerca a Jesús para pedirle la curación de su siervo. Este hombre, extranjero y pagano, manifiesta una fe profunda y humilde:

“Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo, pero basta que lo digas de palabra y mi siervo quedará sano.”

Estas palabras, que hoy repetimos en cada Eucaristía antes de comulgar, resumen la actitud esencial del Adviento: la espera confiada y humilde de quien reconoce que necesita a Dios, pero también confía plenamente en su poder y amor

.El centurión cree que la palabra de Jesús basta. No necesita pruebas ni señales visibles. En Adviento, también nosotros estamos llamados a esperar con fe, aunque no veamos aún los signos del cumplimiento. Como el centurión, creemos que el Señor vendrá y actuará en nuestra vida.

Durante el adviento debemos purificar el corazón, reconocer nuestra fragilidad y abrirnos a la gracia. Solo el corazón humilde puede acoger al Dios que viene

Jesús se admira de la fe de un extranjero y anuncia que muchos vendrán de oriente y occidente a compartir el banquete del Reino. En Adviento, la Iglesia nos recuerda que la salvación es para todos, que Cristo viene a iluminar a cada ser humano

Para vivir el Adviento como el centurión

· Escucha la Palabra: cree que el Señor puede obrar en ti, aun sin ver resultados inmediatos.

· Practica la humildad: deja que Dios entre en tu vida, no por mérito tuyo, sino por su amor.

· Abre el corazón a los demás: especialmente a quienes el mundo considera “lejanos” o “diferentes”; ellos también son parte del plan de salvación

Pedimos a Jesús que nos ayude a prepararnos para ello rezamos juntos el PADRENUESTRO

Oración final:

Señor Jesús, en este tiempo de Adviento queremos esperar tu venida con el corazón del centurión: humilde, confiado y lleno de fe. Que tu Palabra sane nuestras heridas y prepare nuestro corazón para acogerte con amor. Amén

CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA CRISTO LUZ INFINITA ALUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA...AMEN

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