Oración 3 Febrero

Buenos días, CRISTO REINA. 

Comenzamos la oración de la mañana en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

 

Comenzamos la oración de esta mañana serenando nuestro cuerpo, para ellos adoptamos una postura cómoda, hacemos una respiración intensa, cogemos aire y soltamos lentamente… abrimos nuestro corazón a Jesús, y le dedicamos estos primeros minutos de la mañana.


Siempre escuchamos, una y otra vez, que tenemos que cuidar de los amigos, que debemos ayudarles, escucharlos, compartir con ellos… ¿Pero sabemos quiénes son nuestros amigos?

¿Sabemos qué significa ser un amigo?  


Un amigo es una persona que te acompaña. Hace que no te sientas solo nunca. Los amigos se preocupan por lo que cada uno necesita. Los amigos de verdad, no se abandonan, ni en días buenos, ni en días malos, sino ríen contigo y lloran contigo. Están ahí cuando te sientes fuerte y en las ocasiones de debilidad. Puedes soportar y aguantar todo si tienes un amigo a tu lado. A pesar de que sólo pueda decirte una palabra o simplemente escucharte.

Si nos paramos un poco a escuchar nuestro corazón, nos daremos cuenta de un amigo al que muchas veces le pedimos cosas, le contamos penas y alegrías, le rezamos e incluso, le cantamos. ¿Sabéis a quién me refiero? Así es, Nuestro amigo Jesús, el que nunca nos abandona y siempre está en nosotros. 


Canción: Tomado de la mano. 



 

 

Tomado de la Palabra de Dios   “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”. 

Gracias, Señor… 

Gracias, Señor, por tu amistad,    

Gracias, Señor, por el amor de amigo que nos ofreces.    

Gracias, Señor, porque eres siempre fiel.   

En el momento de la dificultad, no permitas que me aleje de . 

En mis horas de debilidad, sé tú más amigo. 

Cuenta, Señor, con mis brazos dispuestos para construir una ciudad eterna. 

 

PADRE NUESTRO 

Padre nuestro que estás en el cielo, 
santificado sea tu Nombre; 
venga a nosotros tu Reino; 
hágase tu voluntad 
en la tierra como en el cielo. 
Danos hoy 
nuestro pan de cada día; 
perdona nuestras ofensas, 
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofenden; 
no nos dejes caer en la tentación, 
y líbranos del mal. 

Amén. 

 

En Palabras del Padre Gras 

“Los verdaderos valientes no son los gigantes del odio, sino los gigantes del amor”. 

 


No quisiera terminar la oración de la mañana sin acordarnos de la Virgen de la Candelaria, que ayer fue su día: Madre nuestra, que llevas al Niño a presentarlo en el templo, a ti venimos con la confianza y sencillez de hijos. A ti llegamos con nuestras angustias y esperanzas, con nuestras penas y alegrías, con las fatigas del trabajo y el peso de nuestros errores; con todo lo que somos y tenemos. 


Seamos luz del mundo y sal de la tierra.


Cristo vence, Cristo Reina, Cristo impera, Cristo luz infinita alumbra nuestra inteligencia. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.  

Que paséis una buena semana





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