Oración 11 de febrero 2025
ORACIÓN 11/02/2025
https://www.youtube.com/watch?v=DTx_rjDpJ4Q (un corazón)
Buenos días. Cristo reina, nos preparamos para comenzar la oración de la mañana. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MOTIVACIÓN:
Es hora de acomodarse en nuestro sitio, relajamos nuestro cuerpo y comenzamos a respirar profundamente, cogemos aire y lo vamos soltando despacito. Sentimos nuestro corazón, palpita y eso significa que estamos VIVOS. Dios nos regala cada día la VIDA.
Es tiempo de entregar,
dar, compartir, ayudar, colaborar, respetar, perdonar, unir… son verbos que orientan, de algún modo, nuestra
vida como cristianos. Quien da su vida a Cristo, quien le ofrece su corazón,
gana mucho más. Nosotros tenemos un corazón en ocasiones egoísta, de “piedra”.
Dar la vida a Jesús y con él a los demás supone multiplicarla, agrandar el
corazón, convertir la piedra en sentimientos y en vida.
A veces ese
“corazón de piedra” no te deja ver lo maravilloso que es seguir a Jesús, pero
cuando lo descubres y te dejas modelar por él surge ese gran corazón que te
hace ver la vida de otra manera y tener la alegría de lo que has descubierto,
la alegría de seguir a Jesús.
Cada nuevo día es una oportunidad para
crecer, para realizar lo que el día anterior dejamos sin hacer, para dejarnos
iluminar por los rayos del sol que, al fin y al cabo, son reflejos de vida que
Dios nos manda cada mañana.
¿Te has parado a pensar por un momento que este día que comienza es un regalo más de los muchos que Dios te envía?
¡Abre los ojos! ¡mira a tu alrededor! ¡estira tu cuerpo y ensancha tu corazón!... porque este día no volverá ya nunca y son muchas las oportunidades que tienes de aprovecharlo al máximo dando lo mejor de ti mismo.
¡Déjate empapar por la luz! no te
quedes en las sombras del ayer y renace cada día... porque la batalla de la vida no siempre la
gana el hombre más fuerte, o el más ligero, porque tarde o temprano, el hombre
que gana es aquel que cree poder hacerlo.
Me gustaría
hablaros de las sorpresas que nos da la vida, llegan cuando algo que no
esperamos acontece repentinamente. La expresión de nuestra cara cambia, nuestro
corazón se mueve por dentro. Podemos tener sorpresas buenas o sorpresas
malas... (que más bien son sustos).
En el caso de las sorpresas positivas,
cuando las recibimos, el corazón se ensancha por dentro. De pronto nos sentimos
queridos, amados por las personas que nos las dan, agradecidos por la amistad y
la cercanía. ¡Qué bueno sería ser "portadores de sorpresas" para las
personas con las que vivimos y trabajamos!
Una sorpresa no siempre es un regalo
envuelto con celofán. Con frecuencia las mejores sorpresas son las que se
desprenden de la propia vida: cuando nos olvidamos de nosotros mismos, cuando
damos generosamente, cuando hacemos reír a la persona que está triste...
Jesús de Nazaret fue una sorpresa constante para las personas de su época, ¡quizá no estaban acostumbrados a tanto amor derrochado!
Y tú, ¿te atreves a hacer de tu
vida una sorpresa?
En conclusión,
Jesús nos regala sus dones para que demos buenos frutos de fe, amor, paciencia,
amabilidad, bondad, alegría, paz. Ojalá que a lo largo del curso nos dejemos
modelar por Jesús, el GRAN REGALO en nuestras vidas.
Así que, levántate
cada mañana con un sueño que cumplir y acuéstate cada noche con una historia
que contar. La vida no es fácil, pero hay un MOTOR llamado CORAZÓN, un SEGURO
llamado FE y un CONDUCTOR llamado DIOS.
Además, vengo
a recordaros que hoy es el Día Internacional de la mujer y la niña en la
ciencia que se celebra el 11 de febrero y tiene como objetivo promover el
acceso y la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia. Por ello,
es importante conocer a muchas mujeres que a lo largo de la historia han
dedicado su vida a la investigación científica.
Finalmente,
vamos a rezar todos juntos la oración que Dios nos enseñó, confiando plenamente
en él porque nos ayudará a dejar huellas de bien.
PADRENUESTRO:
Padre
nuestro,
que
estás en el cielo,
santificado
sea tu Nombre;
venga
a nosotros tu reino;
hágase
tu voluntad
en
la tierra como en el cielo.
Danos
hoy nuestro pan de cada día;
perdona
nuestras ofensas,
como
también nosotros perdonamos
a
los que nos ofenden;
no
nos dejes caer en la tentación,
y
líbranos del mal
Cristo
vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita alumbra nuestra
inteligencia. En el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo. Amén.
Que
tengáis todos un buen día.