Oración Jueves 28 de Noviembre

Buenos días, Cristo Reina, nos preparamos para la oración….

 

Buenos días, Cristo Reina, comenzamos la oración de la mañana…

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…

 

https://www.youtube.com/watch?v=yJa2_jbe0yc

 

Vamos a relajarnos… cerramos nuestros ojos…. Nos sentamos cómodos….Respiramos profundamente… y vamos a llevar nuestra mano al pecho y  a notar como late lentamente nuestro corazón …. Un corazón que está dispuesto a escucharte Jesús… a llenarse de ti. 

 

Y ahora, con esta calma, vamos a escuchar una pequeña historia.

 

Hace muchos años, en un humilde pueblo, vivía una chica llamada Ana. 

Cada día, Ana pasaba por la plaza principal con un cesto lleno de pan que ella misma horneaba. Pero lo que hacía especial a Ana no era solo su delicioso pan, sino su amabilidad con todos. Cuando terminaba su jornada en la panadería, Ana siempre tenía la costumbre de dejar un pedazo en la puerta de una pequeña iglesia, diciendo: "Señor, este pan es para Ti".

A veces, la gente del pueblo la miraba de una forma extraña, y murmuraban entre ellos sobre este gesto, pero a Ana no le importaba, continuaba ofreciendo cada día un pedacito de su trabajo a las puertas de la pequeña iglesia.

 

Un día, una gran tormenta azotó el pueblo. Las calles estaban desiertas, y Ana, temerosa, oró desde su casa: "Señor, hoy no puedo llevarte el pan, pero mi corazón sigue entregado a Ti". 

A la mañana siguiente, ella se despertó como un día más, fue a su panadería y continuó con sus tareas rutinarias, y fue entonces, cuando al llegar a su última parada, la pequeña iglesia, Ana observó algo muy peculiar: en una esquinita había acurrucado un pequeño niño, empapado y tembloroso. Ella se acercó y preguntó: “¿Qué haces aquí?  Y el niño, con una leve sonrisa, respondió: "Me perdí en la tormenta y encontré refugio en la iglesia, aquí vi tu pan y me dio fuerzas para aguantar el día”.

 

Ana comprendió en ese momento que Dios había usado su pequeño acto de amor para alimentar a alguien necesitado. Desde entonces, nunca dejó de llevar el pan, sabiendo que sus manos eran un gran instrumento del amor de Dios. Desde ese día, Ana no solo ofrecía un pedacito de su trabajo a Dios, si no que decidió que cada día repartiría un poco de este alimento, de manera desinteresada, entre todas las personas del pueblo que lo necesitaran.

 

La historia de Ana nos enseña algo muy importante: que incluso los gestos más pequeños, como compartir algo que tenemos o ayudar a alguien, pueden ser muy grandes cuando los hacemos con amor. A veces, creemos que para cambiar el mundo necesitamos hacer cosas enormes, pero Dios nos muestra que no es así. Lo que realmente importa es que pongamos nuestro corazón en cada cosa que hacemos.

Ana dejaba su pan en la iglesia porque quería ofrecerle algo a Dios, y Él usó ese pan para ayudar a alguien que lo necesitaba. Esto nos recuerda que con Jesús, nuestras acciones, por pequeñas que parezcan, pueden convertirse en algo e. Por eso, no debemos subestimar la importancia de un gesto amable, una palabra cariñosa o una ayuda sencilla.

 

Hoy podemos preguntarnos: ¿Qué puedo ofrecerle yo a Dios? Tal vez sea ayudar a un compañero con su tarea, escuchar a un amigo que está triste, o simplemente decirle a alguien que lo queremos. Cada uno de estos gestos, cuando los hacemos con amor, pueden dejar grandes huellas en el corazón de quienes nos rodean.

 

Recuerden que Dios nos llama a ser su luz en el mundo, a ser esa persona que hace que los demás se sientan queridos y acompañados. Y no necesitamos hacer cosas grandes para lograrlo, solo necesitamos amor en nuestro corazón y disposición para ayudar.


"Señor, ayúdanos a usar nuestras manos, nuestros corazones y nuestras palabras para hacer el bien. Enséñanos a ser amables, generosos y siempre dispuestos a ayudar. Gracias porque sabemos que Tú puedes transformar nuestras acciones en algo maravilloso. ."

 

En palabras del padre Gras:

“Te pido que me inspires valor para sacrificar todos mis gustos a tu gusto, todos mis afectos a tu afecto, todo mi ser a tu Amor”.

 

 


 

Y ahora, todos juntos, rezamos el padre nuestro en inglés:

https://www.youtube.com/watch?v=gKrT_ZWJEVQ

 

“Our Father, who art in heaven,
Hallowed be thy name.
Thy Kingdom come.
Thy will be done on earth as it is in heaven.
Give us this day our daily bread.
And forgive us our trespasses, as we forgive those who trespass against us.
And lead us not into temptation,
But deliver us from evil.
Amen”

 

 

 

 

CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA, ALUMBRA NUESTRA INTELIGENCIA, AMÉN.

 

¡Qué paséis un buen día!

 

Entradas populares de este blog

Martes, 19 noviembre

Oración de la mañana, Lunes 25-01-2021

Oración Lunes 17 junio 2024