Lunes 21 octubre 2024
Buenos días, Cristo reina, nos preparamos para la
oración de la mañana.
Comenzamos nuestra oración: En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Respiremos hondo, dejemos que llegue el aire a
nuestros pulmones y abramos nuestro corazón a Dios, dedicándole estos primeros
minutos de la mañana. Haz silencio en tu interior y escucha… Por unos momentos
desconectamos de nuestros ruidos, escuchamos en el silencio los latidos de
nuestro corazón, sentimos a Dios que nos espera.
En el evangelio de ayer domingo de San
Marcos, dos discípulos de Jesús, Santiago y Juan, le piden a Jesús un lugar
especial a su lado cuando esté en su reino. Jesús les responde que ser grande
no significa tener poder, sino servir a los demás con amor. Jesús les enseña
que Él vino al mundo no para ser servido, sino para servir y dar su vida por
los demás. Así, nos recuerda que lo más importante es ayudar a los demás, con
humildad y generosidad.
Esto
es lo que hacen los misioneros católicos en todo el mundo. Ellos siguen el
ejemplo de Jesús y viajan a muchos lugares lejanos para enseñar a las personas
sobre el amor de Dios. Los misioneros no buscan poder ni fama; ellos sirven a
los demás, ayudando a los que necesitan, construyendo escuelas y hospitales, y
compartiendo el mensaje de Jesús. Al igual que Jesús nos enseña a ser
servidores de los demás, los misioneros nos muestran cómo vivir esa misión con
generosidad y amor.
Querido Jesús,
hoy vengo a hablar contigo,
con un corazón pequeño
que quiere seguir tu camino.
Tú nos enseñaste a servir,
a amar a todos sin medida,
a cuidar a los que sufren
y a dar alegría en la vida.
Te pido por los misioneros,
que llevan tu amor por el mundo,
que hablan de ti con valentía
y ayudan a los más profundos.
Protégelos en su misión,
llénalos de fuerza y de fe,
que siempre sigan tu ejemplo
y sirvan con todo su ser.
Ayúdame a ser como ellos,
a compartir tu bondad,
a cuidar a mis amigos
y llevarles tu verdad.
Enséñame a ser generoso,
a dar sin esperar nada,
y a tratar con cariño
a cada persona amada, dejando huellas de bien en todo
Gracias, Jesús,
por tu amor tan grande,
cuida a los misioneros,
y guíame siempre. Amén.
En palabras del Padre Gras:
Por tu Corazón abierto de amor, te suplico, Señor, que llenes mi corazón con el tuyo para que
esté todo envuelto y penetrado por tu gracia.
Cristo vence,
Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita alumbra nuestra inteligencia,
Amén