Oración Jueves 22 de Noviembre de 2024
Buenos días, Cristo Reina, nos preparamos para la oración….
Buenos días, Cristo Reina, comenzamos la oración de la mañana…
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…
Vamos serenándonos…respiramos profundamente…nos sentamos de manera cómoda… y nos preparamos para escucharte señor.
En este tiempo de cuaresma queremos estar aún más cerca de ti mi Dios, por eso vamos a mantener un especial silencio para prestar atención a tu palabra.
Llevamos varios días escuchando la palabra “convertirse”, cuando nos pusieron las cenizas ya se nos dijo “conviértete y cree en el evangelio”, yaunque en clase se nos ha explicado qué significaesta palabra. Puede que aún no tengamos muy claro qué cambio debemos realizar en nuestra vida. Jesús en este tiempo nos pide que intentemos ser un poquito mejores cada día, que limpiemos nuestro corazón para poder estar más cerca de él.
Igual que a nosotros hoy Jesús nos pide que cambiemos lo malo de nuestra vida para caminar más cerca de él y eso es una misión muy importante, también a sus amigos Jesús les pedía cosas muy importantes. Hoy, 22 de febrero, nos acordamos de un amigo especial de Jesús, san Pedro, un pescador que Jesús llamó para vivir con Él y para anunciar su Buena Noticia a todas las personas. Jesús le pidió a Pedro que se encargara de organizar su Iglesia, de cuidar a todas las personas que formaran parte de ella y animar a otras muchas a conocer el mensaje de Dios. Y así lo hizo Pedro. Lo recordamos en el evangelio de hoy, que nos dice:
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesareade Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo» Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».
Palabra de Dios
Igual que Pedro siguió tu mandato, queremos nosotros también seguirte Señor, danos fuerzas para actuar bajo de voluntad. Y como decía José Gras: Te pido, Rey de amor, que vivas Tú, no yo, en mí; que pienses Tú, no yo en mí; que no haya más imagen que la tuya, cada día más radiante en mí”
Y ahora, con este propósito vamos a rezar juntos el padre nuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA, ALUMBRA NUESTRA INTELIGENCIA, AMÉN.
¡Qué paséis un buen día!
