MARTES 23 MAYO 2023
Buenos días, CRISTO REINA
Adoptamos una postura cómoda, la espalda sobre el respaldo, ambos pies en el suelo y manos sobre las piernas, hacemos una respiración profunda y vamos cerrando los ojos o bajando la mirada, prestando atención al ritmo de nuestra respiración y disponemos nuestro corazón y nuestra mente a escuchar la oración. Comenzamos la oración, en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, amén.
Del Evangelio de Lucas:
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
“¡Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».
Palabra del Dios.
MARÍA nos enseña que el secreto de la felicidad, para estar uno contento y satisfecho, está en ayudar y servir a los demás.
“Tan pronto como María sabe que Isabel está embarazada y necesita su ayuda, se pone en camino hacia su casa”.
Porque la alegría está en dar, en ayudar, en servir… ¿Recuerdas lo bien que te sentiste cuando ayudaste desinteresadamente a alguien?
Piensa en todas las personas que puedes ayudar hoy, y proponte hacerlo.
Te pedimos, Madre de Dios y Madre nuestra que seamos portadores de paz.
Que nuestra mirada sea limpia y clara.
Que nuestros labios pronuncien palabras de optimismo y esperanza.
Que nuestros pasos se dirijan hacia el bien.
Que nuestras manos sean generosas para dar y prudentes para recibir.
Que nuestra vida sea luminosa y generosa como la tuya.
Que seamos hombres y mujeres para los demás.