Martes 31 enero
Buenos días. Cristo reina.
Comenzamos en el Nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, amén.
Jesús amigo, vengo a estar contigo, vengo a ponerme ante ti, en silencio, para escucharte. Quiero ponerme en tus manos para llenarme de ti.
Ayer celebramos el día de la Paz y la No Violencia, por eso hoy también, de manera especial, te seguimos pidiendo por la Paz en el mundo, Señor. El fin de la guerra, del egoísmo, de la soledad, de la falta de solidaridad, de todas aquellas cosas que no dejan a este mundo vivir en Paz. Queremos acordarnos siempre de su importancia.
Dios padre, debes sentirte muy disgustado cuando contemplas el mundo, este no debe ser tu sueño, lo que tú habías pensado en el momento de la creación, tú nos dejaste un mundo bello, una naturaleza hermosa, armonía entre las criaturas y nosotros los hombres lo hemos estropeado un poco.
Jesús hoy te pedimos que nos ayudes a sembrar siempre semillas de Paz a nuestro alrededor, una sonrisa, una mano tendida, un acto generoso, que en vez de enfadarme cuando no consigo lo que quiero, valore lo que ya tengo, que en vez de querer las cosas para mí, disfrute compartiéndolas con otros, que en lugar de lamentarme por las cosas que están mal, me ponga en marcha e intente cambiarlas, que cuando alguien se enfade por mi culpa sea capaz de pedirle perdón, que cuando me encuentre con alguien que no esté tranquilo eleve una oración por él.
Del evangelio de Juan.
“Serían como las 7:00 de la tarde y se hacía de noche y los discípulos estaban encerrados en una habitación porque tenían miedo de que les hicieran daño, entonces se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo la Paz con vosotros. Dicho esto, les mostró las manos y el costado, era para que vieran las heridas de la cruz y se dieran cuenta de que estaba vivo. Ellos se alegraron mucho de ver al señor al descubrir que había resucitado, entonces Jesús volvió hablar y les dijo: la Paz con vosotros. Después les dio un encargo: como el padre me envió yo también os envío”.
Palabra de Dios.
Jesús, me doy cuenta de que tú sigues entre nosotros, igual que te presentaste ante tus amigos, los discípulos, para llevarles tu Paz, te presentas hoy entre nosotros para dárnosla. Porque cuando estoy contigo me siento bien, estoy tranquilo, me siento en Paz y me entran ganas de que todos los que están a mi lado, se sientan igual.
A lo mejor, Jesús, tú nos envías a este mundo para sembrar la Paz, igual que enviaste a tus amigos, pero ¿cómo puedo ser yo un instrumento de tu Paz cada día de mi vida? sé que no estoy solo, sé que tú estás con nosotros para llenarnos de tu Paz y ayudarnos a esparcirla a nuestro alrededor, así poquito a poco el mundo volverá a ser tan bello como tú nos lo dejaste.
Señor, haz de mí un instrumento de tu Paz,
donde haya odio, ponga amor,
donde haya ofensa, ponga perdón,
donde haya discordia, ponga unión,
donde haya error ponga la verdad,
donde haya duda, ponga fe,
donde haya desesperación, ponga la esperanza,
donde haya tinieblas, ponga luz,
donde haya tristeza, ponga alegría.
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita, alumbra nuestra inteligencia, amén.
¡Qué tengáis un buen día!