Oración jueves 23 de junio
Buenos días, Cristo reina, nos vamos preparando para la oración.
Buenos días, Cristo reina, comenzamos la oración de la mañana…
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Queridos niños y niñas,
Como ya todos sabéis, hoy es nuestra mañana de fin de curso.
Es una tradición hablar de “fin de curso” a los alumnos, pero sinceramente, este año a los profes y seños no nos apetece hacerlo, porque no nos gusta esta idea de «final»: fin del año escolar, fin del ciclo de primaria, fin de las clases, fin del aula virtual por Teams….
No nos gusta esto, no podemos negarlo. Es que no va con nosotros. Así que hemos pensado que la oración de la mañana de hoy no va sobre este «final», sino sobre lo que pensamos y llevamos en el corazón sobre ustedes.
Sí, la escuela real, la de las tablas y cuentas de mates de la seño Capilla, la de nuestra asignatura favorita de Educación Física en el patio, gracias a las seños Ana Belén y Cristina y el profe Nacho, la de las divertidas clases de Science con las seños Macarena, Carmen y los profes Juanjo y Antonio, la de las fantásticas clases de lengua con la seño Natalia, la marchosa clase de música con la super seño Toni, la de las canciones de inglés con el Teacher, la de las magnificas lecciones de francés de la seño Paqui, la dulzura y amor de las clases de las seños Maica, Laura y Teresa, las risas y las riñas, la de las normas olvidadas y la de los castigos, la de las situaciones graciosas, la de la búsqueda del bien y del mal, de lo verdadero y de lo falso, del hombre y la mujer auténticos… Esa escuela real que hemos vivido juntos, les digo, no acabará nunca.
Me pueden decir: «Seño, Profe, ¿Cómo es posible que algo no termine y no empiece otra cosa? ¿Qué nos está diciendo ahora?»
Les estamos hablando de lo que se esconde detrás de todo lo que hemos vivido y aprendido juntos, de esta escuela les estoy hablando. De la actitud auténtica hacia el mundo, la vida, las personas, esto no termina nunca. La apertura de espíritu que han aprendido permanecerá en ustedes conjugada siempre en presente del indicativo. Deberán ser fuertes y no dejar que nadie se la robe.
Busquen siempre su originalidad. Sigan el camino del descubrimiento de ustedes mismos, pues es el viaje más fascinante que pueden emprender y que nunca terminará.
Recuerden que cada uno de ustedes es especial por lo que es. No es verdad que tengan que correr para ocupar los primeros puestos en todas partes, cada uno tiene que encontrar su lugar en la vida y comprometerse a ser feliz y a hacer felices a los demás.
La vida no es una carrera, sino un largo paseo, durante el que se deben disfrutar los paisajes que se encuentran, buscar otros nuevos y saber compartirlos con otras personas.
La vida es un tiempo maravilloso que se nos da y que hay que saborear junto a las personas que se encuentran junto al camino, porque de cada una de ellas aprendemos algo.
Den gracias siempre por todo, porque todo puede ser transformado por ustedes en el bien si realmente lo quieren. Nunca se olviden de soñar, porque los sueños, esos en los que de verdad se cree, se realizan.
También nosotros cuando éramos niños teníamos un sueño: deseábamos ser un maestro o una maestra siempre con los libros y los alumnos, porque queríamos a alguien con quien compartir el asombro por las cosas maravillosas que el saber nos ofrece. Y nuestro sueño se ha realizado, pero nunca imaginamos que la realidad sería más bella que nuestro sueño: porque ustedes son mejores que cualquier sueño.
Les hemos hablado cada mañana de Dios, pero lo hemos hecho para que comprendieran sobre todo una cosa: para que las cosas pequeñas, o las partes de un todo, tengan sentido, es necesario que haya un todo, el Sentido y Dios es el sentido de este todo.
Deseen siempre el bien en todo momento, sobre todo en los momentos más difíciles, y no dejen a nadie atrás. Ayuden a quien se encuentre en problemas, pónganse en el lado del débil, sobre todo si ven que está sufriendo una injusticia, porque, aunque no sea fácil de afrontar, habrán ganado honor y justicia para ustedes.
Les deseamos un feliz camino escolar, los profes y seños quedaremos siempre en los recuerdos de quienes terminan primaria, como ustedes en los nuestros. Y cuando quieran, cuando lo deseen, nos encontrarán en Septiembre, y verán que sus maestros, a pesar del tiempo, les acogerán y les hará sentirse queridos, igual que cuando estábamos en clase el primer día.
Así que esto no es ningún adiós, sino un…hasta siempre!
Cristo vence, Cristo Reina, Cristo impera, Cristo luz infinita alumbra nuestra inteligencia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo. Amén.
