Oración jueves 16 de junio

 Buenos días, Cristo reina, nos vamos preparando para la oración.



Buenos días, Cristo reina,  comenzamos la oración de la mañana…

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Comenzamos este día con un momento de serenidad. Para mirarnos por dentro y poner lo que vamos a vivir en manos de Dios.

Empezamos dedicando unos minutos para relajarnos y sentir que Dios siempre está con nosotros.

Primero nos ponemos cómodos, con la espalda en el respaldo de la silla, y nuestros pies apoyados en el suelo. 

Cerramos los ojos (o con la vista hacia abajo) y respiramos profundamente; nuestra respiración debe ser tranquila.

Al inspirar, notamos que Dios nos acompaña. Que siempre está con nosotros, a nuestro lado. 


Ahora estamos preparados para escuchar esta historia:

LA MÁQUINA DEL TIEMPO

Luis era un niño muy presumido que siempre estaba hablando de los maravillosos inventos de su padre. Todos sus compañeros estaban hartos de que se creyera el mejor del mundo, y decidieron darle una lección.

- El próximo día que venga diciendo que su padre ha inventado algo nuevo, vamos a su casa y se lo robamos -dijo Alex, que se sentaba con Luis en clase y era el que más tenía que aguantarle.

- ¡Eso, eso! -contestaron entre risas los demás.

Al día siguiente, Luis llegó a clase presumiendo de que su padre había inventado una máquina del tiempo y que iban a viajar al futuro.

Esa misma tarde, se reunió un grupo de chicos de su clase para ir a robar la dichosa máquina del tiempo que tenía el padre de Luis en casa.

- ¿Y si la probamos antes? -dijo alguien.

- Solo vamos a llevárnosla -dijo Alex-. En unos días se la devolveremos. Solo vamos a darle una lección a Luis.

- Pero yo quiero probarla -se oyó decir a alguien.

- Y yo.

- Y yo también.

Así que a Alex no le quedó más remedio que aceptar. Se había quedado solo y, en el fondo, al él también le picaba la curiosidad de saber cómo funcionaba aquella máquina.

Cuando todos estuvieron dentro, programaron un viaje al futuro, concretamente dentro de 20 años. Cuando llegaron, lo que vieron no les gustó nada. Luis estaba solo, tirado en la calle. Era un chico pobre y asustado al que nadie hacía caso, andrajoso y miserable. Y decía: "Si todavía tuviera la máquina mi padre estaría aquí, y a mí no me considerarían un loco".

Muy apenados, los chicos fueron a ver qué sería de ellos en el futuro. Y se encontraron que estaban todos en la cárcel, acusados de robar y de estafar a la gente con viajes a por el tiempo.

Cuando regresaron, Alex les dijo a los demás:

- Creo que será mejor que dejemos esto donde está. Tal vez así no nos espere un futuro tan desastroso.

Todos dijeron que sí con la cabeza y se marcharon de allí rápidamente.

Al día siguiente, cuando Luis llegó a clase, todos le miraron con ojos muy diferentes. Era un poco plasta, pero era su compañero, al fin y al cabo. Fue Alex quien decidió ir a hablar con él.

-La máquina del tiempo Hola Luis. ¿Qué tal funciona esa máquina del tiempo que ha inventado tu padre?

- Ha decidido desmontarla -dijo Luis-. Me ha dicho que hizo un viaje ayer y que vio que su invento nos daría muchos problemas a todos.

Alex quiso explicarle a Luis lo que había pasado.

- Verás, Luis, es que nosotros… ayer….

- Ya lo sé -le interrumpió Luis-. Mi padre me llevó de viaje al pasado y al futuro antes de desmontar la máquina. Y he aprendido la lección. A partir de ahora seré menos fanfarrón.

- ¿Sabes? Nosotros también hemos aprendido algo. No sirve de nada querer dar una lección a alguien sea de la forma que sea. Lo que sirve es sentarse y hablar -respondió Alex.

- Claro que sí -contestó Alex.

Y los dos muchachos se dieron un gran abrazo en señal de su amistad.


Y así nos ocurre a nosotros aquí en el cole, con nuestros amigos y amigas. A veces tenemos envidia, estamos cansados de algún compañero, nos metemos con alguien o nos reímos de algo que les haya pasado a los demás. Sabemos perfectamente que no está bien, que los demás se sienten mal cuando nos oyen y nos ven. 

¿De verdad merece la pena tratar así a un amigo o amiga? ¿Has pensado en cómo te sentirías tú? Siempre intenta cuidar a los demás, ser un apoyo y un ejemplo. Esa es la mejor forma de seguir el camino de Jesús y de dar amor a las personas que nos rodean.


ORACIÓN PADRE GRAS

Señor,

disipa las tinieblas

de todos los ojos

que no ven tu luz,

y apaga las llamas que impiden la fraternidad de los corazones.

Rey omnipotente,

vida, salud, fortaleza nuestra;

envíanos tu divina luz,

que disipe

las tinieblas de nuestro entendimiento; enséñanos la verdad

y no permitas que seamos presa del error.


Ahora vamos a rezar juntos el PADRE NUESTRO:

Padre nuestro,

que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre;

venga a nosotros tu reino;

hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.


Cristo vence, Cristo Reina, Cristo impera, Cristo luz infinita alumbra nuestra inteligencia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo. Amén. 


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