Miércoles 16 de febrero de 2022

 Buenos días, CRISTO REINA, nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, AMÉN

 

Es momento de abrir nuestros oídos, de abrir los oídos del corazón. Intentamos hacer silencio e imaginar a San Marcos, que nos va a contar una parte de su evangelio. 

 

+  Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

 

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida.

Y le trajeron a un ciego pidiéndole que lo tocase.

Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó:

«¿Ves algo?».

Levantando los ojos dijo:

«Veo hombres, me parecen árboles, pero andan».

Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía todo con claridad.

Jesús lo mandó a casa diciéndole que no entrase en la aldea.

Palabra del Señor.

 

Jesús tuvo que intervenir durante muchas veces en su vida publica. Algunos de los textos escritos por los amigos de Jesús nos narran acontecimientos verdaderamente sorprendentes. Pero claro, nuestro amigo Jesús es capaz de todo. 

 

Muchas personas a veces deciden no “ver” el bien en su vidas, y deciden llevar una vida ciega, oscura. Alejados de familiares y amigos. Posiblemente al Ciego de nuestro evangelio, le sucediera algo parecido. 

 

¿Pero como se curo? Pues necesito la ayuda de Jesús. El con sus gestos le transmitió que ya no estaba solo y que siempre estaría en su corazón. Desde ese momento lo empezó a ver todo con la claridad que solo, El, Cristo Rey sabe iluminarnos.

 

Pidiendole a Cristo que siempre resida en nuestro corazón y por lo tanto en todas nuestras acciones del día. Le rezamos con los ojos cerrados intentando imaginar cada frase del Padre Nuestro.

 

Padre nuestro que estás en el cielo, 
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad 
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy 
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

 

En palabras del Padre Gras

 

 "Si estampamos el lema Cristo Reina con letras de fuego en nuestro corazón, si logramos adoptar en todas las familias... a Cristo Rey aclamarán las ciudades, los pueblos, las naciones y los imperios"


Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera. Cristo, luz infinita, alumbre nuestra inteligencia. Amén.

Que tengáis un buen día.

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