Oración de la mañana, martes 18 de enero de 2022

Buenos días, Cristo Reina.

Comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En este momento tan especial de la mañana, queremos olvidarnos de todo y poner toda nuestra atención en este ratito de encuentro con Dios; por esto, cerramos los ojos, nos sentamos bien en nuestra silla, apoyamos las manos en nuestras piernas, respiramos hondo una vez, otra, una vez más... y tratamos de relajarnos y escuchar atentamente.

La semana pasada dimos comienzo a un nuevo trimestre. En ella dejamos atrás la Navidad, en la que reímos, nos emocionamos, compartimos momentos con la familia y los amigos y celebramos con alegría el nacimiento de Jesús. Sin embargo, ahora parece como que todos esos momentos que hemos vivido en Navidad quedarán en el recuerdo y parece que hayamos dado paso otra vez la rutina. Pero yo me pregunto: ¿por qué no sacamos el máximo partido al día de hoy? La vida es un regalo que Dios nos ha hecho. Tú eres el protagonista. Aprovéchala al máximo para obtener de ella cosas maravillosas como el amor, la paz, la alegría, el cariño, la amistad... Sé luz para los que te rodean.

Jesús, en el Evangelio, nos anima a ello.

Evangelio según San Mateo:

Dijo Jesús a sus discípulos: " Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada en la cima de un monte no puede ocultarse. No se enciende una lámpara para ocultarla en una vasija, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los que estén en casa. Brille de tal modo vuestra luz delante de los hombres que vean vuestras obras buenas y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos. "

Palabra de Dios.

Reflexión:

Imaginaos una noche sin luz. La gente no vería el camino y podría perderse.

A veces pasa algo parecido: aunque tenemos muchas luces en las casas y en las calles, hay personas que van por la vida como si no vieran. Solo piensan en tenerlo todo, en pasarlo bien, en no esforzarse... Y no se preocupan de los demás. 

Jesús, con el Evangelio, nos dice que Él es esa gran luz que alumbra a todos los hombres y nosotros tenemos que ser como lámparas encendidas. " La luz del mundo ". 

Pero, ¿cómo podemos ser lámparas encendidas? Pues, es muy sencillo, tenemos que dejar encender nuestra mecha por Jesús, acercándonos a Él todos los días con la oración, siguiendo Su luz. Él nos iluminará el camino.

No solo es importante encontrar la luz que te guíe a ti, sino también usarla para que otros puedan servirse de ella. Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil. Cada día es una oportunidad que Dios nos da para hacer una buena obra, que quizás, por qué no, quedará marcada en el corazón de aquel que hoy está tu lado. Que tu vida sea luz para guiar y iluminar cada día a todos los que te rodean. Descubre todo lo bueno que puedes regalarle a tus amigos y a tu familia. Tómate tu vida en serio. ¡Brilla!

Le pedimos a nuestro Padre que nos ayude a ser luz rezándole la oración que Jesús nos enseñó:

Padre nuestro, que estás en el cielo,

santificado sea Tu nombre;

venga a nosotros Tu Reino;

hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.

El padre Gras, con la siguiente oración, pedía a Jesús que nos iluminase:

Soberana Luz,

Soberano Bien,

Soberana Caridad,

ilumínanos,

únenos en abrazo fraternal

a todos tus redimidos

y aliéntanos

para hacerte reinar sobre la sociedad, salvándola y salvándonos.

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera. Cristo, luz infinita, alumbre nuestra inteligencia. Amén.

Que tengáis un buen día.