ORACIÓN DE LA MAÑANA, MIÉRCOLES 15 DE DICIEMBRE
Buenos días, Cristo Reina. Nos preparamos para la oración…
Comenzamos en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, amén.
Cerramos nuestros ojos, respiramos profundamente, dejemos que nos llegue el aire a nuestros pulmones, ahora disponemos nuestro corazón para acoger la enseñanza de la siguiente historia.
PERSONAJES DEL BELÉN
En muchos lugares se pone el Belén. Es una costumbre bonita que nos ayuda a
descubrir el sentido de la Navidad: Jesús nace en nuestro mundo y quiere
salvarnos.
Clara, La protagonista de esta historia, era toda una artista con los belenes de
Navidad. Durante todo el año preparaba personajes para que al llegar la siguiente
Navidad su nacimiento fuera aún mejor que el del año anterior.
El año en que cumplía los 10 años preparó el belén más precioso que uno pudiera
imaginar. Diseñó y fabricó unos maravillosos trajes para la Virgen María y San
José, y una mantita bordada con hilo dorado para el Niño Jesús. Decoró el establo
con pequeñas joyas tomadas de sus pendientes y anillos, y rodeó el pesebre de
las miniaturas más bellas que encontró. Hasta las figuritas de los soldados de Herodes eran sombrías y malvadas. Era un belén tan especial y único que había
sido propuesto para el gran premio nacional al mejor belén.
Pero precisamente la mañana en que los jueces del concurso de belenes debían
visitarlo, Clara descubrió al levantarse la peor de las tragedias: ¡su belén estaba
totalmente destrozado! Y cuando iba a empezar a gritar, Cuca, su hermana
pequeña, se acercó a su lado, tiró de su camisón, y dijo toda sonriente: “¿Te
guzta máz azí? ¡Lo he puezto preciozííízímo!”.
¿Cómo gritar al angelito de Cuca, tan bonita ella, que sólo había querido ayudar un poco? Clara miró lo que quedaba de su belén: las plumas del pesebre flotaban por todas partes; divertidas caras de payaso eran ahora el rostro de los malvados soldados, y el grupo de pastores estaba embadurnado de chocolate.
Dos grandes lágrimas rodaron en silencio por las mejillas de Clara, sabiendo que ya nada se podía hacer. Y allí se quedó, llorando, y pidiendo perdón a ese Niño al que tanto quería. Pero entonces, al caer sus primeras lágrimas sobre el Niño, vio cómo este saltaba de alegría a atraparlas. Después le guiñó un ojo, sopló sobre sus lágrimas y las lanzó de regreso a sus ojos, antes de volver inmóvil a su sitio en el pesebre.
Y en sus ojos, aquellas lágrimas tocadas por el Niño Dios fueron como unas lentillas que le mostraron todo tal y como era en realidad. Y comprendió que ni el Niño ni su familia querían lujos ni joyas, ni la tristeza de los hombres, ni un mundo triste y sin color. Y que precisamente por eso había venido al mundo. Y sin dudarlo, y con una gran sonrisa de alegría, tomó en brazos a Cuca, le dio el más largo y sonoro beso y dijo: “¡Claro que sí, Cuca! Así está muchísimo mejor”.
Cuando preparemos el Belén fijémonos en las figuras, pero recordemos lo que el cuento nos dice, que Jesús no quería grandes lujos, ni trajes carísimos, sino alegría y amor. Esto es lo realmente importante, Jesús nace para traernos felicidad. Hagamos en nuestras casas ese belén de la alegría.
ORACIÓN:
Repitamos todos: VEN, SEÑOR, JESÚS
Para que todas las personas tengan paz: VEN, SEÑOR, JESÚS
Para que los cristianos repartamos alegría a nuestro alrededor: VEN, SEÑOR
JESÚS
Para que los que están tristes encuentren alegría y esperanza: VEN, SEÑOR,
JESÚS
Para que los pobres, los pequeños y marginados se alegren con tu venida: VEN,
SEÑOR, JESÚS
Para que todos aprendamos a vivir como Tú: VEN, SEÑOR, JESÚS
En palabras del Padre Gras:
“Ilumina los corazones, para que conozcan que sólo Tú eres la LUZ”.
Oremos con confianza a Dios, con el Padrenuestro, para que haga nuestro corazón más solidario y para que llegue su Reino a todos los hombres.