Oración Jueves 22 de Mayo
¡Buenos días, Cristo Reina!
https://www.youtube.com/watch?v=kkVtd-kam6A
Hoy empiezo un nuevo día y te pido que me acompañes. Ayúdame a ser amable, obediente y alegre, a escuchar a mis padres y a mis maestros, y a hacer todo con amor, como lo hizo Jesús. No me dejes solo cuando me cueste hacer el bien. Quiero ser como tú: lleno de fe, paz y bondad.
Comenzamos la oración:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una joven llamada María. El ángel le dijo: "María, alégrate, el Señor está contigo." María se asustó, pero el ángel le explicó: "No tengas miedo. Vas a tener un hijo, y se llamará Jesús. Él será el Hijo de Dios." Entonces María respondió con fe: "Yo soy la servidora del Señor. Que se haga en mí lo que tú dices."
Reflexión:
¿Te imaginas, cómo se sintió María en ese momento? Tal vez estaba sorprendida, nerviosa e incluso con miedo. Pero a pesar de todo, María confío en Dios y dijo SI con todo su corazón.
El SI de María fue generoso. No sólo porque lo sostuvo durante toda su vida, sino también por la intensidad de cada momento, por la disponibilidad para hacer lo que Dios le pedía en cada instante.
Como Dios quiso necesitar de María, ha querido contar con nuestra ayuda. Cada día es una oportunidad para que nosotros también pronunciemos un SI lleno de amor a Dios, en las pequeñas y grandes cosas.
Hoy tú también puedes decirle "sí" a Dios: - Cuando ayudas a tus padres o hermanos. - Cuando compartes con tus amigos. - Cuando rezas con fe y haces el bien.
José Gras nos decía:
“Yo, María, quiero oraros mucho
porque me siento tan necesitado de vuestra ayuda
como el niño que levanta sus tiernas manecitas
hacia su madre desde la cuna.
mi pensamiento necesita de vuestro resplandor.
mi corazón, de vuestro afecto”.
Terminamos la oración de la mañana rezando todos juntos un AVE MARÍA.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito el fruto de vientre Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerta. Amén.
Cristo vence, Cristo Reina, Cristo impera, Cristo luz infinita alumbra nuestra inteligencia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo. Amén.