6 MAYO 2025
Oración Martes 6 de mayo
Coge aire, respira tranquilo… deja que tu cuerpo se relaje… cierra tus ojos si te ayuda… escucha la música y siente tu corazón… prepárate para escuchar el mensaje que Jesús tiene hoy para ti.
En el nombre del Padre,…
Adaptación del Evangelio de Lucas
“En la ciudad de Nazaret, en Galilea, vivía una joven mujer llamada María. María estaba para casarse con un carpintero llamado José.
Un día un ángel, Gabriel, visitó a María.--¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo. Ella se perturbó porque no estaba segura de lo que estas palabras significaban. El ángel le dijo que no tuviese miedo porque él había sido enviado por Dios. El ángel procedió a decirle que Dios la había escogido para que tuviese un bebé y que su nombre sería Jesús. El ángel le dijo que el bebé será muy especial. El será un gran hombre, y su reinado no tendrá fin. "Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios."
María se arrodilló ante el ángel Gabriel y le dijo que ella obedecería a Dios y haría lo que Dios deseaba. Con esto, el ángel la dejó.”
Reflexión
Hace mucho tiempo, en un pueblo insignificante llamado Nazaret, tuvo lugar el acontecimiento más grande de toda la historia. Una mujer recibió́ el mayor mensaje jamás oído en la Tierra. Un mensaje y una petición en contra de toda lógica y razón. Ella se fió de Dios y dijo «sí», porque para Él no hay nada imposible.
Su respuesta no debió́ ser tan fácil como parece a simple vista. María sabía que ser la Madre de Jesús no iba a ser fácil y a pesar de eso se arriesga y se fía de Dios: «Hágase en mí según tu palabra». El le pidió su consentimiento para venir a nosotros y ella se lo dio con sencillez y humildad.
Si ella no hubiera dicho "sí", ¿cómo podría Dios haberse hecho hombre? María no es una semidiosa que concede favores. María es la puerta de entrada de nuestra salvación. Dios nos ama con locura, pero no nos ama por encima de nuestra libertad. El amor solo puede habitar en aquel que lo acepta sin condiciones. La primera en aceptarlo sin mirar las consecuencias fue ella. ¿Admiración? No solo le debemos eso.
Mirándola a ella, podemos ver también lo que hace el amor cuando dices "sí". Lo que Dios hizo con ella, es lo que puede hacer con nosotros.
En ella encontramos el modelo para que nuestra vida tenga éxito. Y es alentador saber que ella no fue nadie especialmente excepcional, cualificada o importante como entendemos hoy día , ... Una humilde joven que ni siquiera estaba casada. Sencilla, pobre, en situación delicada, vulnerable..., pero dijo sí, y dio un vuelco a la historia.
Es una suerte que Dios quisiera venir a nosotros y un alivio que fuera María la que dijo sí.
Hace mucho tiempo, en un pueblo insignificante llamado Nazaret, por el sí de una mujer entró Dios en nuestra tierra. Hoy también, si nosotros decimos sí a Dios, a su voluntad, a su palabra y nos fiamos contra todo pronóstico, entrará en nuestro corazón.
Oración
Quien pudiera ser como tú, María, un océano limpio en el que Dios se mira. Quien pudiera ser como tú, María, entre todas llamada la mujer bendita. Quien pudiera ser como tú, María, Virgen, Madre de Dios, la que nos dio la vida. Quien pudiera ser como tú, María, la esclava del Señor a sus pies rendida.
Quien pudiera ser como tú, María, corazón de fuego con alma de niña. Quien pudiera ser como tú, María, inmaculada de Dios escogida. Quien pudiera ser como tú, María, y en el gozo y dolor decir sí cada día. Quien pudiera ser como tú, María, toda la creación te canta agradecida.
Yo quisiera ser como tú, María, estar lleno de Dios y darlo sin medida. Yo quisiera ser como tú, María, llamarada de gracia y hoguera encendida.
Yo quisiera ser como tú, María, cógeme de la mano que me perdería. Yo quisiera ser como tú, María, el consuelo de Dios y su gran alegría. Yo quiero ser como tú, María.
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
En palabras del Padre Gras:
Te adoramos, Rey de gracia,
y nos unimos a la adoración que tu Madre
y Reina nuestra te ofreció́ desde el primer momento de la Encarnación.
Concédenos que podamos unir nuestra voz a los himnos que te cantan los santos en el cielo.
Cristo vence,…