Oración lunes 28 abril
Buenos días Cristo Reina
Nos preparamos para la oración de la mañana
Vamos cerrando ojos y sintiendo los latidos de nuestro corazón, respiramos despacio … escuchamos los sonidos de alrededor y damos gracias a Dios por este nuevo día.
En el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo, Amén el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Nos ha dejado el Papa Francisco. Un Papa cercano a la gente que ha abierto puertas y caminos. Damos gracias por su vida al servicio de la Iglesia y rezamos por el.
Ayer fue el Segundo Domingo de Pascua, también llamado Domingo de la Divina Misericordia, se contempla el inmenso amor de Dios reflejado en la incredulidad de Tomás.
Lectura del santo Evangelio según San Juan
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”.
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”.
Su falta de fe lo lleva a un encuentro personal con el Cristo resucitado, a quien reconoce por las heridas de los clavos en sus manos. Finalmente, ante la evidencia de la resurrección, proclama con profunda fe: “¡Señor mío y Dios mío!”
La duda de Tomás nos invita a reflexionar sobre nuestra propia fe. Nos recuerda que sin un encuentro personal con el Resucitado, nuestra fe puede vacilar. Ser creyente no es solo aceptar una enseñanza, sino vivir la experiencia interior de un Cristo vivo y presente en nuestra vida.
Jesús sigue resucitando hoy, haciéndose presente incluso en medio de la incredulidad y del corazón cerrado de muchos. No hay barrera que su misericordia no pueda atravesar, porque su deseo es que toda la humanidad experimente, desde ahora, la alegría y la certeza de su presencia en el mundo.
Por el Papa Francisco, juntos en oración unimos nuestras manos y rezamos el padre nuestro
PADRE NUESTRO
En palabras del padre Gras: “Te pido, Rey de amor, que vivas Tú, no yo, en mí; que pienses Tú , no yo, en mí; que no haya más imagen que la tuya, cada día más radiante en mí”.
CRISTO VENCE , CRISTO REINA , CRISTO IMPERA CRISTO LUZ INFINITA ALUMBRA NUESTRA INTELIGENCIA ,AMEN
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo , Amén
Que tengáis una buena semana