Oración de la mañana LUNES 20 de Mayo

 Buenos días, Cristo Reina, nos vamos preparando para la oración…

 

[Fragmento de “Adagio for Strings” de Samuel Barber, mientras los alumnos se sientan]

 

Buenos días, Cristo Reina… En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén.

Oh María, Madre nuestra, en este mes dedicado a ti, venimos ante tu presencia con corazones llenos de amor y devoción. Intercede por nosotros ante tu Hijo Jesús, y guíanos por el camino de la fe y el amor. Que nuestras acciones reflejen tu ejemplo de entrega y humildad, y que podamos ser testigos de la gracia de Dios en nuestras vidas.

Jesús, al final de su vida, nos regala a María como madre a todos los cristianos. Según lo cuenta la Biblia, en el santo Evangelio según san Juan 19:

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo».

Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».

Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.

La figura maternal de María ha sido reconocida por el pueblo de Dios a lo largo de los tiempos. Madre de cada uno, así la consideramos los cristianos. María ocupa en la Iglesia el lugar de la madre porque lo fue de quien es el fundador, su centro y razón de ser.

Y, nosotros, ¿de qué manera acogemos a María en nuestras vidas? ¿Qué estamos haciendo para cuidarla, para tenerla presente? Reflexionemos.

[Fragmento de “Adagio for Strings” de Samuel Barber durante unos segundos de reflexión]

Debemos tomar conciencia de cómo María nos ayuda, nos protege, está con nosotros, nos cuida.

Rezamos juntos un Ave María.

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oración de José Gras: Confianza en María 

Dulce consoladora de mi alma, 

Acompáñame en todos los momentos duros y 

difíciles de mi vida. 

Dame una confianza sin límites

 en tu Corazón de Reina y Madre.

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, Amén.

Que tengáis un buen día.

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