Oración Jueves 18 de Enero de 2024
Buenos días, Cristo Reina, nos preparamos para la oración….
Buenos días, Cristo Reina, comenzamos la oración de la mañana…
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…
Queremos comenzar el día en tu presencia señor, sintiéndote cerca y escuchándote.
Nos relajamos, hacemos silencio, nos ponemos cómodos…. Y respiramos profundamente… ponemos nuestra mano en el pecho, e intentamos sentir los latidos de nuestro corazón… y te sentimos aquí señor, en cada latido.
Había una vez, en una hermosa sabana africana, un león que se había perdido de su manada. Llevaba ya 20 días caminando de un lado para otro y no encontraba a los suyos. Tenía hambre y sed, pero también mucho miedo al verse solo.
Al cabo de un tiempo caminando divisó un estanque de agua fresca. Inmediatamente corrió hacia él con todas sus fuerzas. Tenía mucha sed y necesitaba a toda costa tomar un poco de esa agua. Sin embargo, al llegar a la orilla vio sobre el estanque la imagen de un león sediento. Entonces se retiró. “El estanque ya tiene dueño”, pensó.
Ser cristianos, en ocasiones, es todo un acto de valentía y seguir a Jesús haciendo lo que él nos pide en cada momento no es fácil. Pero merece la pena.
Del mismo modo que el león calmó su sed al acercarse al estanque que tanto miedo le daba, nosotros podemos sentir esa calma y felicidad en nuestra vida si dejamos a un lado todos nuestros miedos y seguimos a Cristo.
¿Cuáles son tus miedos? ¿Qué te frena y no te deja acercarte a Dios?
En esta semana, nos acordamos especialmente de madre Inés, una mujer valiente y luchadora que siguió a Cristo incansablemente y que lo hizo reinar allá donde iba.
Su vida no fue fácil, creció en una familia muy humilde y no tenía dinero ni podía ir al colegio como hoy nosotros hacemos. Ella a lo largo de su vida seguro que también tuvo miedos, y muchas dificultades, pero aun así nunca se rindió. Siempre estuvo cerca de Jesús haciendo lo que él le pedía.
Por eso hoy Señor, te pedimos que nos des también a nosotros una actitud de entrega, que sepamos decirte siempre sí aún cuando el camino sea difícil. Con esta petición rezamos todos juntos el padre nuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
En palabras de José Gras:
“Anímanos cada día en la obra de la defensa de tu Reino. para que no vivamos ya más que tu vida y conforme a tu voluntad, y así sintamos en nuestro corazón el gozo de tu amor eterno.”
CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA, ALUMBRA NUESTRA INTELIGENCIA, AMÉN.
¡Qué paséis un buen día!