Oración Jueves 25 de Mayo de 2023
Buenos días, Cristo Reina, nos preparamos para la oración….
Buenos días, Cristo Reina, comenzamos la oración de la mañana…
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…
Empezamos a hacer silencio…. Vamos relajando nuestro cuerpo…. … cerramos los ojos… ponemos nuestra espalda recta… Cogemos aire … y lo soltamos lentamente… y ahora, en este silencio, nos ponemos ante la presencia del Señor para escucharle….
Nos encontramos en la séptima semana de Pascua, muy cerca del final de este tiempo litúrgico. Muy pronto celebraremos una fiesta muy importante para nosotros los cristianos. Este domingo, celebramos Pentecostés
En este final de Pascua, Jesús quiere quedarse presente en cada uno de sus discípulos. Antes de regresar al Padre Celestial, Jesús resucitado visitó a sus amigos y les prometió enviar al Espíritu Santo para ayudarlos.
Leemos en las Escrituras que una mañana, cuando los discípulos se juntaron con María, la madre de Jesús, y otras mujeres, de repente oyeron un ruido como de un fuerte viento. Entonces vieron lo que parecían ser llamas de fuego sobre cada uno de ellosy “Todos quedaron llenos del Espíritu Santo".
El Espíritu Santo llenó a los discípulos de valor y fe, dándoles el poder de compartir la Buena Noticia con los demás.
María, no solo estuvo presente en la vida de Jesús, sino que también acompañó a sus discípulos cuando él ya no estaba en la tarea de llevar a todos su palabra y compartía con ellos este mensaje de amor, esperanza y vida. Hoy nosotros, también le pedimos que no se aleje de nuestro lado, que, como nuestra madre, junto a ese espíritu que recibimos de Dios, nos infunda fortaleza para afrontar nuestros días.
Que, desde ese amor maternal, nos protejas y nos guíes por el camino de la fe, de la verdad y de la vida. Por eso, en palabras del padre Gras te pedimos:
Virgen de las vírgenes,
Reina de las reinas,
Madre de las madres,
que iluminas a todos los que atravesamos
las tinieblas de este mundo,
ruega para que nazca en mi corazón Jesús
para que no sólo sea un trono vivo a su realeza,
sino que también se convierta
en ardiente apóstol de su Divina Soberanía
Y ahora, terminamos nuestra oración y empezamos nuestra mañana rezándole todos juntos a nuestra madre para pedirle que interceda por nosotros y nos haga partícipes de ese espíritu de Dios:
Dios te Salve María,
Llena eres de gracia,
El señor es contigo,
Bendita tu eres entre todas las mujeres,
Y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María
Madre de Dios
Ruega por nosotros pecadores,
Ahora y en la hora,
De nuestra muerte.
Amén.
CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA, ALUMBRA NUESTRA INTELIGENCIA, AMÉN.
En el nombre del padre, del hijo y del Espíritu santo.
¡Qué paséis un buen día!