ORACIÓN DE LA MAÑANA DEL DÍA 11 DE ENERO
Buenos días, Cristo reina, nos preparamos para la oración de la mañana
(momento de silencio). Comenzamos la oración de la mañana “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén”.
https://www.youtube.com/watch?v=-Kdp6LVY8jk
¡Hola, Jesús!
Al comenzar este rato de oración, me doy cuenta de lo mucho que me apetece estar contigo. Voy a respirar hondo tranquilamente e intentaré relajarme porque a veces traigo muchas cosas en la cabeza, pero contigo me lleno de paz y me siento mejor.
Cerramos nuestros ojos, respiramos profundamente, dejemos que nos llegue el aire a nuestros pulmones, ahora disponemos nuestro corazón para acoger la enseñanza de la siguiente historia.
Un jovencito ciego acostumbraba pedir limosnas a la entrada de un centro comercial. Todos los días se le podía ver ahí, con un pequeño sombrero que le servía para recibir las monedas, y un cartel que decía: «Soy ciego. Por favor, ayúdenme con una limosna». Así pasaban los días, hasta que ocurrió un hecho interesante.
Resulta que un hombre se le acercó y, después de echarle unas monedas,
agarró el letrero y escribió unas palabras en la parte de atrás. Luego lo colocó
de modo que la gente leyera el nuevo mensaje. Al poco rato el sombrero
comenzó a llenarse de monedas con una rapidez inusual.
Al final de la tarde el hombre que había escrito el nuevo mensaje regresó para
ver qué tal iban las cosas. Entonces el joven ciego aprovechó para preguntarle.
—¿Qué hizo usted para que la gente me diera más dinero?
—Solamente cambié el letrero que usabas para pedir ayuda.
—¿Y qué escribió?
—Escribí: «Este es un hermoso día, pero yo no puedo verlo».
Ambos letreros pedían ayuda, pero el segundo tenía una pequeña y, a la
vez, gran diferencia. Les recordaba a todos que tenían la bendición de poder ver y que debían sentirse agradecidos por ello.
Reflexión
Muchas veces nos levantamos y nos acostamos sin siquiera detenernos un segundo para agradecer los miles de bendiciones que caen del cielo sobre nosotros. Poder escuchar la risa de nuestros amigos, de nuestra familia, poder sentir el olor de nuestra comida, contemplar el verdor de los árboles y el azul del cielo.
Y es que a veces ponemos tanta atención a nuestros problemas o necesidades que no nos queda espacio para disfrutar las bondades que recibimos.
Haz una pausa hoy, y todos los días, para contemplar las cosas buenas que tienes a tu alrededor y dale gracias a Dios por cada una de ellas, puedes hacerlo con una oración, con una sonrisa, con unas letras de agradecimiento, etc. Te darás cuenta que tenemos miles de razones por las cuáles estar felices y agradecidos.
Amigo Jesús, te pedimos que, en este nuevo año que ha comenzado, nos ayudes a construir sueños de paz...
Sueños llenos de sonrisas, de manos dispuestas a ofrecer ayuda a los demás.
Ayúdanos a disfrutar compartiendo las cosas con los demás, sabiendo que tu reino es esta en mí y está en todos nuestros hermanos.
Virgen María, nos ponemos en tus manos y te rezamos un ave María, para qué, al igual que TÚ, seamos agradecidos y transmitamos, con nuestra actitud, felicidad y dicha a los que nos rodean.
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo Luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, amén. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Que tengáis un buen día.