Oración de la mañana. Miércoles 29 de marzo 2022

 Cristo reina

 


https://www.youtube.com/watch?v=DwvGwALD7xw

 

 

Es momento de abrir nuestros oídos, de abrir los oídos del corazón. Intentamos hacer silencio e imaginar

 

LOS TRES HERMANO ZAPATEROS

 

Juan y su hermano menor José eran dueños de una zapatería llamada “La Suela de Oro”. Allí vendían todo tipo de calzado, desde botas para caballero y zapatos para damas hasta tenis para niños y zapatillas de estar por casa para todos. Ambos se llevaban bien y siempre a final de mes dividían  las ganancias en partes iguales.

Pero un día, y sin venir a cuento, Juan acusó a José de haber cogido dinero de la caja sin avisarle. Éste le contestó que no era cierto y aprovechó la oportunidad para reclamarle al otro que no trabajaba lo suficiente. Los dos se sintieron muy ofendidos. Comenzaron a discutir sin importarles la presencia de los clientes. De los reproches pasaron a los gritos, y de allí a los insultos. Hubieran terminado golpeándose si su hermana  Vera, quien por casualidad se encontraba de visita, no los hubiera frenado.

 

Este desacuerdo marcó el final de los buenos tiempos. José le dijo a su hermano que no quería seguir siendo su socio. Juan respondió que tampoco él lo deseaba; que podía encargarse solo del negocio. Así fue como José se fue y, con sus ahorros, abrió su propia tienda de calzado frente a la de Juan y le puso este nombre “La Verdadera Suela de Oro”.

Ambos competían para atraer a los compradores y se volvieron rivales. En el fondo ambos deseaban reconciliarse, pero eran tan orgullosos que ninguno estaba dispuesto a dar el primer paso. A su hermana vera le dolía mucho que ambos se hubieran distanciado. Por ello ideó un plan. Una mañana le envió a Juan un mensaje que decía:   Hermano: Te pido una disculpa. Fui muy injusto contigo. Te espero en casa de Vera hoy a las 3 de la tarde para pedirte perdón. Firmado José, Juan decidió que como su hermano estaba dispuesto a reconocer su error, lo perdonaría. Lo que él ignoraba era que Vera le había mandado a José un mensaje idéntico, sólo que con la firma de Juan.

Ambos hermanos se presentaron a la cita. Juan le dijo a José: “Querido hermano, recibí tu mensaje. ¡Claro que te perdono!”. Al oír esto, José se sorprendió mucho y exclamó: “Pero ¿qué dices? Tú eres el que quería disculparse conmigo. Lo dijiste en tu mensaje”. “¿De qué mensaje me hablas? Fuiste tú quien me escribió”, replicó el otro. “¡Discúlpate!”, exigió el mayor. “¡No, discúlpate tú!”, contestó el menor.

Antes de que estallara una nueva disputa, Vera los interrumpió. Confesó que ella era la verdadera autora de los mensajes. Lo había hecho para reunirlos y aclarar las cosas. Les pidió que reconocieran sus errores y dejaran atrás el rencor. Sin embargo, ninguno parecía dispuesto a cambiar su actitud. “He cerrado la puerta de la calle con llave”, anunció finalmente Vera. “No se irán hasta que arreglen sus diferencias. ¿Acaso no se dan cuenta? En el fondo, ambos quieren acabar con esta situación y volver a estar juntos. Si no fuera así, ninguno habría venido hoy a mi casa.” Javier y Jacinto reconocieron que su hermana tenía razón. Con lágrimas en los ojos se dieron un abrazo y prometieron no reñir más. Decidieron volver a trabajar juntos. Ahora tienen otra zapatería, la cual bautizaron con el nombre de “Los Hermanos”.

 Estamos llegando al final de la cuaresma y es momento para analizar como esta nuestro corazón en estos días. 

Tienes una oportunidad fenomenal de reconciliarte contigo mismo. Modificar esas pequeñas actitudes que no te dejan ser feliz ni hacen felices a los demás.

Jesús te lanza un reto en este peregrinar. Hacer ayuno, no comer carne los viernes no sirve si no hacemos un esfuerzo por sentirno mas hermanos. No tiene sentido que nos sacrifiquemos con cosas superficiales y nuestro corazón siga estando lleno de dolor y rencor.

El Padre Nuestro, esa oración fraternal del padre, nos invita a perdonar a los que nos ofenden. ¿Estas dispuesto a sonreírle a aquel que te ha ofendido? ¿Eres capaz de hacerle ver que tu amor por encontrar un espacio de encuentro es mejor que estar siempre mal humorado?

El mal aguarda en cualquier momento, sobre todo se instala en nosotros cuando aun sabieno que no lo hemos hecho bien insistimos para autoengañarnos y pensar que si. 

Pues pidiendo al Señor que nos de un corazón mas misericordioso decimos…

Padre nuestro..

En palabras de José Gras

“Vuestro corazón sea un libro donde nuestro divino Rey escriba su nombre, no con letras de tinta, sino con letras de luz y, dentro de cada letra ponga una hermosa fotografía suya, pero no de cartulina, sino de una placa de esmalte viviente, inventada por su amor.”

 

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita, alumbra nuestra inteligencia.

 

 

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