ORACIÓN 9/2/2022
ORACIÓN 9/2/2022
Buenos días. Cristo Reina. Nos preparamos para comenzar la oración.
Comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
1. INTRODUCCIÓN
Cerramos los ojos y escuchamos con atención la música. Nos vamos acomodando en nuestro sitio y vamos respirando profundamente.
Hemos comenzado un nuevo mes. Una nueva oportunidad para ofrecer lo mejor de nosotros mismos, para ayudar a los más necesitados con la campaña de Mano Unidos.
Sin embargo, para ello, es necesario conectar primero con nuestro interior porque solo ahí podemos encontrarnos con Él, Dios, que siempre está tendiéndonos su mano para ayudarnos en nuestro caminar diario, pero ¿y nosotros nos detenemos a escucharlo o estamos demasiado ocupados con nuestro quehacer diario?
En este momento, vamos a seguir concentrados en la música y vamos a poner especial atención en el mensaje que Dios nos envía.
(Escuchamos el mensaje con la música)
2. CARTA
Querido hijo:
Mientras te levantabas esta mañana, yo te observaba. Esperaba que me hablaras, aunque fuesen unas cuantas palabras, preguntando mi opinión acerca de algún tema o agradeciéndome por algo bueno que te hubiese sucedido el día de ayer. Pero noté que no tenías mucho tiempo porque estabas preparando tu mochila y la ropa para ir al cole. Seguía esperando mientras corrías por la casa preparándote. Creí que encontrarías unos cuantos minutos para detenerte y decirme "HOLA"..., pero estabas demasiado ocupado...
Para ver si por fin me percibías, encendí el cielo para ti, lo llené de colores y dulces cantos de pájaros..., pero ni siquiera te diste cuenta de ello. Te miré mientras ibas rumbo al cole y esperé pacientemente todo el día. Con tantas actividades supongo que... estabas tan ocupado para decirme algo.
De regreso a casa intenté conectar contigo una vez más. Para ello, hice que el sol iluminara tu camino, pero tampoco te diste cuenta.
Después, una vez en casa comiste y encendiste el televisor. Yo volví a esperarte pacientemente.
Al final del día, noté tu cansancio, entendí tu silencio y apagué el resplandor del cielo, pero no te dejé a oscuras. Lo cambié por un lucero... Verdaderamente fue hermoso, pero no estuviste interés en verlo.
A la hora de dormir percibí tu agotamiento, dijiste buenas noches a tu familia, caminaste hacia tu cama y casi de inmediato te dormiste. Acompañé con música tus sueños, mis animales nocturnos se lucieron. No hay problema... porque quizás no te des cuenta que siempre estoy ahí para ti.
Tengo más paciencia de la que te imaginas. Quisiera enseñártela para que puedas tenerla con los demás.
Te amo tanto que espero todos los días una oración y el paisaje que diseño cada amanecer es para ti.
Bueno... hoy comienza un nuevo día y no me queda otra cosa que entregarte todo el amor que siento por ti y continuar esperando que, al menos, en el día de hoy me dediques sólo... un poco de tiempo.
Que tengas un buen día...
Dios.
3. REFLEXIÓN
Si te detienes unos momentos y dejas de pensar en otras cosas, y le das a Él tu atención, escucharás al Señor…
Aprovecha este instante para dirigirte a Él desde lo más profundo de tu corazón y da gracias por esta nueva oportunidad que tienes para compartir con tus compañeros y profes un nuevo día.
Ahora abre lentamente los ojos y mira a tu alrededor. Intenta con un solo gesto o una mirada compartir con el resto de compañeros y compañeras que están ahí contigo en este momento la energía que has recibido.
(Escuchamos la música)
¡Es la hora! Despierta tu corazón para encontrarte con Dios. Solo Él nos dará la energía que necesitamos cada día para buscar el bien, cuidando de todo y de todos. De esta forma, conseguiremos el sueño de José Gras de hacer reinar a Cristo en todos los corazones.
4. AL CORAZÓN DE JESÚS CORAZÓN DE NUESTRO REY
Únenos a Ti,
líbranos de ser mediocres e indiferentes,
para que te adoremos cada día con más amor
y atraigamos a Ti muchas almas.
Con esa actitud de encuentro que Jesús espera de cada uno de nosotros, para hacer reinar a Cristo en nuestro corazón, vamos a rezar juntos el PADRENUESTRO:
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Cristo vence, Cristo Reina, Cristo impera, Cristo luz infinita alumbra nuestra inteligencia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo. Amén.